Obesidad, una pandemia silenciosa
Por Profesor Jorge Mérida
Es habitual que en diferentes medios de comunicación se aborde la temática del sobrepeso y la obesidad desde diferentes ópticas, siendo el ámbito de la salud y de la estética las que más atención acaparan, aunque en general no se contempla la multicausalidad de factores que subyacen por detrás de esa acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud, y que la OMS define como “Pandemia no infecciosa”.
Y no es casualidad que sea catalogada de esa manera, en el mundo mueren 2.8 millones de personas cada año producto de enfermedades derivadas del sobrepeso y la obesidad como la diabetes tipo II, hipertensión arterial, enfermedades coronaria y respiratorias crónicas, enfermedad de los riñones, del hígado y algunos tipos de cáncer. En Argentina más de la mitad de la población tiene sobrepeso u obesidad, siendo la segunda tasa más alta de Latinoamérica, y las estadísticas indican que ese porcentaje seguirá en aumento.
Está grave y compleja situación que afecta negativamente en primera medida a quien tiene sobrepeso u obesidad y su entorno familiar, y a nivel macro a las comunidades y sistemas de salud, debe ser abordada multidisciplinariamente para poder romper ese círculo vicioso en el que tantas personas se encuentran atrapadas.
¿Cuáles son los componentes de ese círculo vicioso sobre los que se debe intervenir?
1-Consumo excesivo de calorías. Ingerir mayor cantidad de calorías de las que el cuerpo necesita es una de las principales causas de sobrepeso y obesidad. El consumo regular de alimentos altos en calorías, grasas, y azúcares, puede generar un desequilibrio energético que con el tiempo derive en un aumento de peso. Es fundamental la guía nutricional coordinada por un especialista.
2-Falta de ejercicio físico. El sedentarismo y la inactividad física, contribuyen al desarrollo de la obesidad, por lo que se debe iniciar un proceso supervisado que vaya incorporando de manera progresiva ejercicio físico adaptado a la condición particular de cada persona.
3-Factores psicológicos. Cuando se recurre a la comida como una forma de lidiar con el estrés, la ansiedad o la depresión, pueden ingerir más calorías de las necesarias. En estos casos, la consulta con un especialista debe permitir encontrar las causas que subyacen al estrés, la ansiedad, o la depresión, y brindar herramientas que permitan superarlos y no “taparlos” con comida.
4-Factores socioeconómicos y culturales. La posibilidad de acceder solo a alimentos poco nutritivos, la gran cantidad de publicidad de comida no saludable, y la falta de espacios para la práctica segura de ejercicio físico en comunidades desfavorecidas pueden promover el aumento de peso. El estado en sus diferentes niveles debe promover la educación alimentaria, la generación de espacios públicos para la práctica física segura, y condiciones para que las personas cuenten con los medios para alimentarse adecuadamente.
Como reflexión final, es importante recordar que la obesidad es una condición compleja, por lo que cada persona puede experimentar diferentes combinaciones de factores que contribuyen a su desarrollo (consumo excesivo de calorías, falta de ejercicio físico, factores psicológicos, factores socioeconómicos y culturales, factores genéticos, el consumo de determinados medicamentos, etc.). A su vez, la interacción entre estos factores puede variar significativamente de una persona a otra. Si tenés preocupaciones sobre tu peso o crees que podés estar en riesgo de desarrollar obesidad, te recomiendo que consultes a un profesional de la salud para recibir una evaluación adecuada y orientación personalizada.